Linda y amplia casa en el pleno centro de Camagüey. Rachel está muy dedicada y muy amable, igual que su abuelo. Da buenos consejos para recorrer la ciudad.

La habitación estaba límpia pero sin baño privado, lo tuvimos que compartir con los huéspedes de la otra habitación. A pesar de la buena comunicación antes de nuestra llegada no hubo casi nada de comunicación cuando estábamos en la casa. Por ejemplo, una noche no había agua para ducharnos pero tampoco había nadie en la casa con quien hablar del problema. Al final nos lavamos los dientes con agua mineral y no nos duchamos. La segunda noche nos preguntaron si queríamos desayunar en casa el día siguiente y dijimos que sí. Por la mañana cuando pregunté por el desayuno nos dijeron que era domingo y los domingos no preparaban desayunos porque era el día del descanso. También era la única casa en toda Cuba en la que no nos registraron como clientes. Lo que sí hicieron fue organizarnos un colectivo para ir a Cienfuegos, y eso funcionó bien. _________________________________________________________________

Nos acogeron como si fuéramos miembros de la familia. Any fue conmigo a varias tiendas para reparar mi teléfono, nos dió excelentes consejos cómo llegar al Castillo de Jagua y dónde encontrar una playita linda. Lo mejor fueron las hermosas conversaciones en el bello patio de Any!

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